El conductor de “Santo y seña” le dijo al periodista que es de “inmoral” que se meta con su vida privada y que “cruzó un límite”.
La entrevista de Nacho Álvarez a Gerónimo Sena, representante estudiantil del liceo IAVA, para La pecera (Azul FM), en la que el conductor le dijo al joven que si fuera su hijo “lo chaparía de los pelos” por haber ocupado la institución para hacer visible su reclamo, generó mucha repercusión y algunos de los colegas de Álvarez lo criticaron por esto. Inclusive, el mismo Gerónimo denunció al presentador de Santo y seña por amenazas, pero el fiscal archivó la causa.
En el programa Las cosas en su sitio (Radio Sarandí), Juan Miguel Carzolio, excompañero de Álvarez, dijo lo siguiente sobre la nota de Álvarez a Sena: “Alguien que tiene 50 y pico de años y tiene una vida adulta y tiene sus excesos, comete excesos de velocidad en el auto y usa sustancias ilegales y hace cosas en la vida que pueden ser inmorales, le diga: ‘Ay, si fueras mi hijo, te agarraría de las mechas’; tampoco va eso”.
A partir de estas palabras de Carzolio, Nacho Álvarez apuntó contra los conductores de su exshow de radio y dijo lo siguiente en La pecera: “Son acusaciones que tienen que ver con la vida privada. Primero quería hablar con mis hijos antes de salir. La charla que tuve con mis hijos me impulsó a decir lo que pienso, que es un conjunto de obviedades. Lo de Gerónimo fue desde el cariño paternal, es el deseo de educar a un chico de cómo actuar desde la vida gremial. Para algo existe la ley, eso es lo que uno le quiere inculcar a sus hijos”.
Luego, le contestó a Iliana Da Silva, por decirle a él que “está mal no respetar el punto de vista del adolescente”. “Yo, muchas veces, te diría que todos los días descalifico algunas opiniones porque no todo vale, y yo puedo tener mi opinión crítica. Lo que pasa es que estamos en la ondita de lo políticamente correcto y que si es adolescente no lo toques. Primero que no es así, un adolescente puede decir algo que sea incorrecto, y yo tengo todo el derecho hasta el deber del mundo de decirle: ‘No, mirá lo que estás diciendo, no es correcto’. Eso es educar, eso es confrontar”, destacó Álvarez.
“Este adolescente no era cualquier adolescente, era un militante que era vocero de los estudiantes agremiados del IAVA, estaba asumiendo una responsabilidad. Si asumís una responsabilidad, es inherente a los costos que puede suponer eso; el costo acá fue alguien que lo confrontara. Ser adolescente no significa que no se te pueda cuestionar. Es un menor, adolescente, vocero que accedió a dar una entrevista pública”, sostuvo.
Luego se refirió a la frase que dijo Carzolio sobre los excesos de velocidad: “Eso me hizo mucha gracia. No sé si me anda siguiendo o viendo si ando rápido, o tiene acceso a la base de datos de la Intendencia de Montevideo. Por suerte, pago muy pocas multas por exceso de velocidad. He tenido mis récords de velocidad en la ruta 1, lo reconozco. He pecado, padre; he conducido a cerca de 200 kilómetros por hora alguna vez. Ahora no, está topeado”.
“Eso es una falacia, no importa quién dice algo o cómo se comporta la persona que dice algo que es una crítica. Lo que importa es si lo que está diciendo es válido. Lo que importa, en este caso, y lo único que importaba, es que el fin no justifica los medios, hay formas de militar, de manifestarse. Cuando vos estás ocupando, estás haciendo algo ilegal”, detalló.
“Porque yo cometí excesos de velocidad, ¿no tengo autoridad para explicarle eso? Entonces, nadie tiene autoridad para criticar y explicarle nada a nadie. Todos tenemos algún muerto en el ropero. Todos tenemos algún pecado en nuestra vida pública o privada. Todos hemos cometido algún acto inmoral o algún exceso. Iliana sin duda tuvo sus excesos; Juan Miguel sin duda tuvo sus excesos; todos hemos cometidos nuestros excesos. Conceptualmente, no ha lugar con esa crítica. Nadie podría criticar a nadie si hay que ser impoluto para criticar”, agregó Álvarez.
Sobre el final del programa, el conductor fue a fondo contra el periodista: “Juan Miguel se mete en mi vida privada, y la vida privada es vida privada. Hay límites que no se cruzan, pero él los cruzó. La vida privada es vida privada, pero obvio que esto admite excepciones y es mientras no se cometa un delito. En serio, Juan Miguel, ¿vos me estás hablando a mí de consumir sustancias? Yo no voy a caer en hacer periodismo de periodistas, ni salir hacer acusaciones de la vida privada de los demás porque, justamente, es lo que creo que está mal. En serio, ¿me van a hablar de conductas inmorales, después de años de trabajar codo a codo, cuando hace un mes grabamos una nota?”.
“Te estuve abrazando, te di un beso, grabamos juntos, nos matamos de risa. Ojalá salga en las redes esa charla divina. En los 20 días me encuentro con esto. ¿Acusándome de inmoral? Inmoral para mí es lo que hiciste vos, después de años trabajando juntos. Empezaste a trabajar conmigo. Aprendí pila contigo, aprendiste conmigo. Cuando hace un mes nos volvimos a reencontrar y ahora salís a ensuciarme, metiéndote con mi vida privada. Que cada uno saque sus conclusiones. Yo lo que sí tengo, que es lo que les decía a mis hijos, es que tengo la consciencia tranquila”, concluyó Nacho Álvarez.