“En esta ciudad dejamos amigos, nuestros niños dejan amistades y yo dejo momentos únicos como hacer goles en los clásicos”, aseveró.
El delantero uruguayo del Gremio, Luis Suárez, recibió la máxima distinción que entrega la Asamblea Legislativa de Río Grande del Sur, la Medalla al Mérito Farroupilha, en una ceremonia muy emotiva en la que se agasajó a su figura.
El Pistolero, tras recibir el premio, tomó la palabra y dio un discurso que sonó a un pronto adiós del tricolor de Porto Alegre: “Es difícil explicar la sensación de este momento: es una mezcla de emoción, orgullo y honor de recibir esta medalla. Le agradezco a los diputados, pero más que nada al pueblo de Rio Grande do Sul por el cariño con el que me recibió desde el primer día”.
“Esto es una confirmación de una gran decisión que tomé junto a mi familia de venir a esta ciudad y país muy queridos, en donde sabíamos que íbamos a pasar bien y quisimos disfrutarlo desde el primer momento y el primer partido”, mencionó agradeciendo lo vivido.
“Intento ser un ser humano como cualquier otro. Necesito ser padre, marido, amigo. Por eso intenté que la gente de acá me viera de esa forma: de ir al supermercado, ir a ver a mis hijos y a buscarlos al colegio, acompañar a mi hija a la hípica, ir a una heladería. Disfrutar de todo lo lindo que hay en Porto Alegre y sus alrededores, en todo Rio Grande do Sul”, agregó.
Y allí dejo un mensaje que sonó a una clara despedida: “En esta ciudad dejamos amigos, nuestros niños dejan amistades, yo dejo momentos únicos como hacer goles en los clásicos. Pero me quedo con el cariño que me dio la gente de Porto Alegre”.
“Agradezco el cariño, tanto de la gente de Gremio como del Internacional. Porque quieras o no hay una rivalidad, pero me he sacado fotos con mucha gente. Eso tiene que unir al fútbol, por la pasión por el fútbol, y tiene que ser un mensaje a las sociedades en contra de la violencia”, cerró.
La distinción que recibió el Pistolero es el máximo honor que otorga el Parlamento gaúcho, donde fue ovacionado y agasajado.